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La formación laboral como factor clave para incrementar la productividad

José Esteban Garay, gerente general en OTIC CChC.

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Los desafíos de Chile en materia de productividad requieren medidas urgentes si se quiere alcanzar un punto de inflexión y retomar una senda de crecimiento con sostenibilidad. Con las negativas cifras registradas en 2022 y 2023 se agudiza una tendencia de desaceleración de la productividad que se hace evidente desde hace más de 15 años, y que amenaza fuertemente la capacidad de crecimiento del país en el largo plazo.

Mientras la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) estimó recientemente una caída entre 1,8% y 2,4% en 2023, el último reporte de Clapes UC señala que -en el tercer trimestre del año pasado- la productividad disminuyó 1,9% acercándose a una baja de 3 puntos porcentuales en 2023.

Dentro de las principales problemáticas están el amplio segmento de fuerza laboral informal; una baja inversión en investigación y desarrollo; y la creciente brecha en habilidades laborales, con una evidente desconexión entre las que requiere el mercado laboral y las que poseen los trabajadores. 

Y es ahí donde se refuerza la importancia de la formación laboral como herramienta clave para cerrar esta brecha, al proporcionar programas de capacitación específicos que se alineen con las necesidades de las distintas industrias. 

Como principal OTIC, y desde la mirada integral que tenemos de oferta y demanda disponibles en capacitación, vemos que se hace urgente un esfuerzo mayor por parte de las empresas en entender las brechas en habilidades de sus trabajadores, desde una perspectiva estratégica, sobre todo en contextos de permanente cambio como los actuales.

Más aún si consideramos los resultados de la encuesta Factores Clave de Productividad en la Empresa Chilena, de la consultora Montblanc y la CNEP. Éstos destacan que capacitaciones efectivas están dentro de los cinco factores más relevantes de abordar para un segmento de empresas consideradas como “altamente productivas”.   

En el contexto actual extremadamente competitivo, donde el talento es una pieza fundamental cada vez más difícil de reclutar y retener, la formación laboral debe dejar el rol secundario que hoy tiene en las empresas y pasar a ser central en la estrategia de las organizaciones.

A través de un adecuado diagnóstico, y un plan formativo fuertemente ligado a las capacidades que la empresa necesita para habilitar su estrategia, las organizaciones pueden adelantarse y preparar a sus equipos para hacer frente a los diversos desafíos derivados de la irrupción de nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocio.

La invitación es a invertir en más y mejor capacitación, para convertir a Chile en un modelo de desarrollo de talento, y en un ejemplo de productividad en la región.

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